Hola! Somos Mikel y Noa, fotógrafos de boda, pero, ante todo, somos pareja y formamos una pequeña gran familia junto con nuestros hijos: Xián y Xoel.

Ellos nos han enseñado que en la vida solo se puede caminar sonriendo y que hay que ser como un niño para disfrutarla. Nos encanta viajar juntos y pasar el máximo tiempo posible en familia.

No vamos a contaros que nacimos con una cámara debajo del brazo, ni que la fotografía nos viene de familia, ni nada parecido. Nunca pensamos que comprar una cámara para nuestros viajes pudiera cambiar por completo nuestras vidas.

Un buen día una prima nos pidió que fuéramos los fotógrafos de su boda, ya que le gustaban nuestras fotos y no pudimos negarnos.

Esa fue nuestra primera boda: la noche anterior no dormimos por los nervios pero, llegado el momento, sentimos algo inexplicable.

La mayor satisfacción fue el día en que les entregamos las fotos: ¡el poder ver sus caras llenas de emoción! Ahí nos dimos cuenta de que queríamos ser fotógrafos de boda.

Empezamos a realizar talleres y workshops con los mejores fotógrafos nacionales y dimos el paso, no lo dudamos ni un segundo y hasta ahora seguimos sin dudarlo. Lloramos y reímos tras las cámaras. ¡Los reportajes de boda son nuestra debilidad!.

Y además… ¡Nos encanta ir de boda!